Wednesday, June 2, 2010

Repercusiones de “El costo de la deslealtad”

Para mi sorpresa no fueron pocos los medios que reprodujeron algunas líneas de mi blog anterior, el cual, por su propia naturaleza, obedece a una opinión personal y no familiar. Medios como El Mostrador (www.elmostrador), Cambio 21 (www.cambio21.cl), Radio Cooperativa (www.cooperativa) e incluso Radio Agricultura (www.radioagricultura.cl), rescataron en forma parcial el contenido del análisis expuesto, sin embargo, se limitaron a subrayar lo que a mi parecer es lo evidente y no aquello que realmente considero relevante para nuestro país. Los medios gustosamente reprodujeron los nombres de las figuras políticas que a mí parecer se han distanciado del gobierno militar y de Pinochet, pero si mi propósito hubiese sido aquel, es decir, identificar con nombre y apellido a las personas que en su momento apoyaron, trabajaron, surgieron o se enriquecieron gracias al gobierno militar, y que hoy han tomado desleal distancia de él, la lista sería extensa y abarcaría no solo el ámbito político sino ampliamente el empresarial, comenzando con dueños de medios de comunicación, no refiriéndome a los antes mencionados. No obstante mis planteamientos no pretenden aquello, dado lo evidente que esto es, prefiero que el propio lector complete según su propio criterio esta lista.

El objetivo de mis palabras se orientaban al costo colateral -por llamarlo de alguna manera- que implica la deslealtad de la UDI hacia sus propios ideales, al uso de la estrategia de “arrebatar banderas al adversario”, a la advertencia que el propio Jaime Guzmán hacía de ello, a la obsesión de algunos de los políticos y autoridades por buscar el beneplácito de la izquierda, realizando incluso gestos y homenajes de mayor relevancia a sus adversarios que a las propias figuras históricas de su sector. Todo esto tiene como resultado el predominio en nuestras políticas públicas de las ideas llamadas hoy progresistas, donde todos los sectores, incluida la derecha, se esmeran en aparentar representar esos ideales y no los supuestamente propios.

El verdadero costo para Chile de la estrategia de la deslealtad, no es que alguna figura gestora de dicha estrategia no logre jamás ser Presidente, aquello no es relevante, pero sí lo es la hegemonía gramsciana progresista que logrará imponerse en nuestra clase política y la mediocridad que ello significará para nuestro país.

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